Queridos lectores!
Después de un largo año, por fin pude volver a las Salinas de Bonanza. Que ganas tenía de ver pajaritos, muchos pajaritos!
Y como pueden ver todos me estaban esperando!
Cerca de 200 garcetas, al menos 40 espátulas, tres garcetas grandes, garzas reales y también algunas cigüeñas blancas tenían cercado a un bando de pececillos y disfrutaban de un suculento banquete:
"Hola, Señora Flamenco, yo estoy que no me cabe ni un pez más!", le comentaba esta cigüeña blanca al orgulloso flamenco, mientras ...
... esta otro dejaba rienda suelta a su alegría:
Las garcetas por contrario estaban furibundos, porque fueron ELLAS las que habían rodeado primero al bando de peces con gran maniobra y admirable táctica en común. Y ahora aterrizaba una espátula ...
... detrás de la otra para simplemente abrir el pico y quitarles la comida!
Y encima estas tres garcetas grandes! Las garcetas comunes estaban fuera de si y yo fuera de alegría de poder observar estas maravillosas escenas! ![]()
La rabia de las garcetas comunes se desbordaba e intentaron ...
... de espantar a los intrusos con sus acrobáticos vuelos:
Pero no pudieron impresionar ni a las espátulas ni a las garzas reales:
Lo que no pudieron las garcetas comunes, lo logró este pescador con su moto. Asustadas por el ruido ...
... las espátulas levantaron vuelo enseguida y se fueron:
Un milano rojo, una calzada y un águila pescador aparecieron de vez en cuando en lo alto del cielo y causaron pánico entre los otros habitantes de las salinas como estas avocetas:
También enormes bandos de agujas colinegras levantaron vuelo ante el más mínimo peligro que habían detectado:
Los flamencos no los asusta nadie ni nada tan fácilmente. Da la impresión que ellos solamente vuelan cuando les da la real gana de buscar otro comedero! ![]()
Madre mía, como había echado de menos este ambiente tan sobrecogedor y maravilloso!!! - Aún tengo más fotos de otros habitantes de las Salinas y las mostraré pronto en otro capítulo.
Saludos cordiales
Birgit Kremer